Nuestros filetes de caballa son preparados con la atención y el respeto que merecen, siendo meticulosamente fileteados a mano para preservar su integridad y frescura. Una vez preparados, los sumergimos en aceite de girasol de primera calidad, seleccionado específicamente por su neutralidad de sabor y su capacidad para realzar los sabores naturales de la caballa sin dominar su perfil.
El resultado es un producto que deleita los sentidos: un filete de caballa suave y jugoso, impregnado con el sabor fresco del mar y complementado por la suavidad y la delicadeza del aceite de girasol. Cada bocado es una experiencia gastronómica única, que captura la esencia misma de la tradición pesquera y culinaria del sur de España.
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